Introducción La vida es como una larga partida de cartas. El azar reparte caprichosamente a cada quien las suyas: un lugar de nacimiento, unos padres, un entorno cultural, una complexión física, un aspecto, un rasgo de carácter o una salud. Un color en los ojos y otro en la piel. Unos hermanos y unos tíos. Unos abuelos vivos o ausentes. Unos amigos del patio del colegio, y un colegio. Aptitudes, capacidades y torpezas. Un signo zodiacal, un ascendente y una luna, que estuvo donde estuvo la tarde en que nacimos. No podemos elegir nuestras cartas, nos vienen —bien o mal— dadas de serie. Lo que sí podemos es decidir cómo jugarlas. Al buen jugador no se le reconoce porque siempre reciba cartas privilegiadas, sino por ser capaz de jugar la mejor partida posible con las cartas que la vida le dio. Este es el tema de este libro: ¿cómo jugamos nuestras cartas en las relaciones de pareja? ¿Insistimos en estrategias fallidas? ¿Nos aferramos a cartas perdedoras por su textura o por el brillo del dibujo? ¿Marcamos nuestras cartas? ¿Hacemos trampa? ¿Miramos para otro lado cuando sabemos que el otro jugador nos hace trampa? ¿Jugamos limpio? ¿Nos lo jugamos todo a cara o cruz? ¿Nos mantenemos tercamente en una partida que sabemos perdida desde la primera vuelta? ¿Apostamos a ciegas hasta perderlo todo? ¿Nos guardamos cartas bajo la manga o jugamos con las cartas boca arriba? ¿Pensamos antes de hacer una jugada que compromete la partida? ¿Aprendemos de nuestras derrotas, o nos lamentamos de nuestra pobre suerte y demandamos al crupier? Hablaremos de las cartas que la vida te ha dado y de otras cartas. Las que se ponen en juego en estas páginas son todas de un mismo palo: ¡corazones! Se podría decir que son cartas de amor. Son las cartas que me escribieron un montón de mujeres para contarme sus historias: amores perdidos, amores tristes, apasionados, amores que más valdría olvidar, amores ciegos o desproporcionados. Amores de mujeres que han estado dispuestas a darlo todo a cambio de nada, por amor, mujeres que se han sacrificado hasta extremos impensables a cambio de mantenerse junto a un hombre que no lo merecía o que no ha dudado en abandonarlas sin una explicación…